los desengaños de la vida y
las tristes utopias del viajero enpobrecido
son a estas alturas el afán del destino y sus secuaces
es inevitable carecer de importancia, aún más sentir soledad
porque en algún sentido siempre esperamos tener la necesidad
de armar lazos profundos e 'irrompibles'
quizas podamos llenarnos la boca una y otra vez con afables sentimientos
de vida por los que probablmente ni el mismo dios tenga fe
pero ¿Es acaso un error llenos de prejuicios el odiar con convicción?
a veces siento que la escoria sonrie y dios se siente honrado cada vez
que escuchan ser mencionados ...
sábado, 6 de febrero de 2010
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