miércoles, 17 de junio de 2009

los arboles; el musgo en mis manos
el florecer de los días, el perfume inagotable de lo que llaman hogar
flores invalidas y rocas cursivas
no hablan piden a gritos una explicación
pues crecí, como crecimos todos
arrinconados pero seguros de que el mundo era uno
y era para nosotros
sin embargo el conocer no significa nada
el dar no significa recibir
porque
Al cerrar la puerta la misma senda oscura y peligrosa seguía allí

1 comentario:

A.Decap dijo...

alguien me acaba de recorrer la espalda de un tirón
para retorcer todo lo que se llama tronco encefálico

ay, así te quería.